Cuando llega el primer estado fenológico del ciclo vegetativo de la vid, podemos contemplar la que posiblemente es una de las estampas más simbólicas y de extraordinaria belleza plástica. Pero, a su vez, también es la más triste y melancólica, pues es el momento en el que las cepas se desnudan a la intemperie de su traje de hojas hasta dejar limpios los sarmientos. En otoños hojas pasan a alfombrar un suelo con el que, con el tiempo, se fundirán.