Como siempre os decimos, cada etapa del ciclo de la vid es mágica, única y especial. Cada una de ellas nos ofrece un paisaje diferente y nos reclama un cuidado distinto que precisa nuestra atención para obtener el mejor resultado. Pero no cabe duda de que con septiembre llega uno de los momentos más importantes para el viñedo.
No cabe duda de que la que estamos viviendo es una situación excepcional, los habitantes de medio mundo paramos. Nos quedamos en casa o cambiamos nuestras rutinas laborales. En definitiva, nos adaptamos a este nuevo y, en ocasiones, complicado contexto. Sin embargo, aunque nuestra vida se ve modificada en muchos aspectos, hay un ciclo que continúa con su calendario, dejándonos estampas mágicas y maravillosas en primavera. Nos referimos al de los viñedos de Bodega del Abad.