Hay numerosos aspectos que influyen en la calidad de las uvas, que, en definitiva, son la base principal de nuestros vinos. Muchos de ellos dependen de la mano humana, del trabajo que se realiza en viñedos. Las diferentes prácticas culturales que se desarrollan a lo largo del año y el mimo y la delicadeza con los que se llevan a cabo son muy importantes para lograr, en vendimia, la cantidad y la calidad de uva deseada. Pero, además, hay cuestiones que no dependen del ser humano y que también influyen en la uva y sus particularidades. Hoy os hablamos de una de ellas: la temperatura.