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150 HORAS DE FRÍO EN LAS VIÑAS DE BODEGA DEL ABAD

Es posible que, si nos paramos a pensar en las temperaturas idóneas para el desarrollo de la vid y sus frutos, lo primero que nos venga a la mente sea el calor. Tiene sentido. En primavera comienza la brotación y la uva empieza a dejar verse, para culminar durante el verano su maduración. Sin embargo, el invierno también es muy importante para el correcto desarrollo de la planta y, por tanto, para la posterior calidad de los vinos elaborados. Y es que… ¿sabías que la viña necesita unas 150 horas de frío para desarrollarse correctamente? ¡Sigue leyendo, te lo contamos en este post!

 

En primer lugar, con el objetivo de situarnos en un pequeño contexto en lo que a las temperaturas más frías se refiere, cabe destacar que las temperaturas mínimas que puede alcanzar la planta se sitúan en torno a los 20 grados bajo cero. La vid soporta estas gélidas cifras gracias a las reservas de nutrientes que, al inicio del invierno, desvía a las raíces.

 

Temperaturas inferiores a esta serían muy dañinas para la viña, pero lo cierto es que las horas de frío sí son necesarias para que el resultado sea el óptimo. Entendemos como horas de frío la acumulación de horas por debajo de 7 grados y es precisamente la suma de todas ellas la que permite salir del reposo invernal a la vid. La necesidad de horas de frío es diferente en función de cada variedad, pues cada casta cuenta con unas necesidades específicas, pero, aproximadamente, podemos situar la necesidad de horas de frío entre unas 150-400, aunque por norma general son inferiores a 200. Además, un porcentaje de este tiempo ha de ser con temperaturas bajo cero para mejorar el suelo, por ejemplo, desinfectando el terreno.

 

En caso de que no se dieran estas bajas temperaturas, la falta de horas de frío ocasionaría unas cosechas pobres, tardías y de mala calidad, con un menor tamaño del fruto, una coloración escasa y una menor firmeza.

 

¿Sabíais que el frío era tan importante para los viñedos?