¡Los nuevos racimos ya se dejan ver en los viñedos de Bodega del Abad!
Llega la primavera y, con ella, multitud de cambios en el viñedo. El lloro de la vid, la floración, la brotación, el cuajado… Momentos maravillosos que nos anuncian ya la llegada de una nueva añada y que suponen diferentes transformaciones que en Bodega del Abad tenemos la fortuna de vivir de primera mano. Uno de los momentos más especiales, sin duda alguna, es cuando empezamos a ver lo que serán los racimos que recogeremos en la próxima vendimia. Este proceso se conoce como cuajado.
Verdes, aún muy pequeños y, por supuesto, sin la uva formada. Pero ya están presentes en la viña, ya podemos comprobar cómo se encuentran en la planta esas primeras muestras de lo que en unos meses serán la mencía y la godello con las que elaboraremos nuestros vinos Bodega del Abad.
Y es que en nuestra bodega llevamos más de 25 años acompañando el viñedo, viendo cada proceso y disfrutando del ciclo de la vid al completo, pero os aseguramos que momentos como este no dejan de emocionarnos, ¡qué afortunados somos de poder ser testigos directos de este espectáculo natural!
Siempre os decimos que todos los procesos que se engloban dentro del ciclo de la vid son maravillosos, pero lo cierto es que este es uno de los más especiales. Después de recoger la uva en vendimia, cuando ya entramos en pleno invierno y las ramas quedan desnudas, el ciclo se reinicia, comenzamos un nuevo camino que, con el cuajado ya empieza a mostrarnos los primeros signos de lo que será su final una añada más, de esos racimos que recogeremos con mimo para elaborar nuestros vinos.
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