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Mencía y Godello, las castas bercianas que definen Bodega del Abad

Desde que iniciamos nuestro proyecto vitivinícola en Carracedelo, en Bodega del Abad tuvimos claro que nuestra apuesta enológica incluiría una mirada firme al territorio en el que nos encontramos: El Bierzo. Por eso, a la hora de definir las uvas con las que elaboraríamos nuestros vinos, no hubo ninguna duda: las castas de El Bierzo iban a ser las protagonistas. 20 años después continuamos con esa filosofía y seguimos aprendiendo de todo lo que la tinta mencía y la blanca godello pueden ofrecernos. Aprovechamos su potencial al máximo para elaborar nuestros tintos y blancos monovarietales, definidos por esa esencia berciana que aportan estas variedades.

Cuando os lleváis una copa de un Bodega del Abad tinto ya el su color nos dará una idea de la juventud o de la madurez del vino. En la nariz, la mencía aportará notas aromáticas complejas, florales muy perceptibles, frutales. Notas que se completan con aromas tostados, ahumados y recuerdos a café cuando la mencía ha pasado por barrica. La esencia frutal, el tanino y, sobre todo, la tierra en la que la uva ha crecido, harán su aparición a la hora de pasar el vino a la boca. Todo un conjunto de sensaciones.

La blanca del noroeste, la uva godello, aporta a los vinos Bodega del Abad claras notas de fruta verde, con puntos amargos y agradables, con una acidez idónea que los hace refrescantes y agradables de beber. Sabemos exprimir todo lo que ofrece para elaborar todos nuestros blancos íntegramente con godello, pero que cada uno de ellos esté lleno de matices diferentes en función del tratamiento que reciban la uva y el mosto.

La mencía y la godello nos han acompañado 20 años y si algo tenemos claro en Bodega del Abad es que recorrerán el camino futuro con nosotros.